ENTREVISTA AL MAESTRO

ENTREVISTA CONCEDIDA POR EL MAESTRO AL PERIÓDICO “LA VERDAD” (EDICIÓN ALBACETE – VERSIÓN ABREVIADA)

 

19 de enero de 1992

 

(LA PERIODISTA PREGUNTA AL MAESTRO SOBRE EL PECADO)

 

MAESTRO: El pecado de lo que se está haciendo, o está haciendo la humanidad, pues es todoPorque en el momento que ya no hay amor no puedes tú decir que amas a Dios sobre todas las cosas.

 

            Porque es verdad que todos dicen: “Yo sí amo a Dios”. Pero yo te digo a ti: hay otro mandamiento que no es menos importante: “Amarás al prójimo como a ti mismo” Pero, ¿quién es el prójimo? El prójimo somos todos sin excepción, nada,nada de excepciones, ni que sea rico ni pobre ni de la raza que sea.

 

            Todos hemos salido de Dios, y si a uno solo en todo el mundo no le perdonaras, porque fuese tu peor enemigo (si es que lo tuvieras), y no le perdonaras: tú ya no amas a Dios. Porque Dios está dentro y fuera de cada uno de sus hijos. ¿Y cómo podemos decir nosotros: “Yo amo a Dios” si no estás amando al que tienes enfrente?.. Si no amas al que tienes enfrente tú no puedes amar a Dios, porque Él también está en ese hermano tuyo.

 

 

(LA PERIODISTA LE PREGUNTA SOBRE EL AMOR)

 

MAESTRO: El amor es todo. Si tienes amor no es menester ni que perdones porque amando ya le has perdonado. Si me preguntaras en cambio que qué es la verdad, entonces te respondería de otra forma.

 

PERIODISTA:¿La Verdad, para usted, qué es?

 

MAESTRO: La Verdad para mí, y para todo el mundo, es la vida. Y la vida soy yo.

 

PERIODISTA:¿Usted qué opina de la figura de la virgen?

 

MAESTRO: … ¿La figura de la virgen? Yo te preguntaría a ti: ¿quién es más: Dios o la virgen?

 

PERIODISTA: Creo que Dios.

 

MAESTRO: Si lo crees es que no estás segura. Pero para mí es Dios sobre todas las cosas.

            Tú, por ejemplo (y te voy a desviar un poco el tema), si tuvieras que ir a un ayuntamiento, ¿a quién le deberías pedir: al concejal, al barrendero, al concejal, al secretario o al alcalde?

 

(LA PERIODISTA LE RESPONDE QUE LO IDEAL ES ACUDIR AL ALCALDE)

 

MAESTRO: Pues, entonces, ¿para qué queremos la virgen si sabemos que si queremos una cosa rápida y que nos la pueda dar, quién mejor que Dios, que es el primero? Dios es único, no hay otro.

 

            Él es un Dios de amor, y es para todos igual, para todos sus hijos. Si sabiendo que Dios es así, que es todo amor: ¿cómo es posible que haya tanta gente que diga que ni existe ni que no le concede nada? ¿Sabes por qué no les concede nada? Por eso que tú me acabas de decir, por las imágenes de los santos.

 

(LA PERIODISTA LE PREGUNTA SOBRE LAS IMÁGENES)

 

MAESTRO   : Lo que opino te lo estoy diciendo. ¿Qué es una virgen para ti? ¿Qué es una virgen? ¿O qué es un santo? ¿Es que vosotros no sabéis que es de una escayola o es de un trozo de madera?

 

(LA PERIODISTA LE COMENTA ALGO SOBRE LOS SANTOS)

 

MAESTRO: Te estoy diciendo: ¿qué persona le pide a un trozo de madera que le dé un trozo de pan? ¿Qué persona se aclama a una madera o a una escayola y le cura de un cáncer? Que me lo pida a mí después de pedírselo a eso y entonces te daré la respuesta.

 

            Muchos testimonios hay, y no me gusta hablar por adelantado, pero es que hay ya miles y miles de testimonios que pueden… Desde el extranjero, eh, que no me conocen, pero que han tenido una fotografía mía, y por esa fotografía, pidiendo, se han curado de esas enfermedades que nadie puede curar.

 

            ¿Quién crees tú que puede darle el poder a cualquier persona, aunque sea a un niño, para un día, o para un rato volvérselo a coger? Yo se lo di porque eran incrédulos los evangelistas en un pueblo, viendo que se me reían, allá en Almería, pues yo le dije:

 

            “-Bueno, ¿quién es “esto” que puede darle “esto y esto”?”.

 

            Dice:

 

            “-¿Esto? ¡Jesús!”

 

            Digo:

 

            “-¿Y si yo te lo demostrara ahora?”

 

            “-No tendríamos más remedio que creerle”.

 

            Digo: “Pues tráeme tres enfermos de los peores que haya aquí”.

 

            (Me trajo tres)

 

            “-¿Y a usted qué le pasa?”

 

            “-A mí me han hecho una operación de rodilla, me han puesto un clavo. Me duele mucho: mira como la tengo de hinchada. No puedo doblarla.”

 

            Digo (al evangelista):

            “-¡Cúrala tú!”

 

            “-Hombre, ¿yo?”

 

            “-Cúrala, tú, hombre, no tengas miedo. Ponle las manos”.

 

            Puso las manos y me dijo la mujer enseguida:

 

            “-¡No me duele!”

 

            “-Pues, levántate”.

 

            Se levantó la mujer doblando así la pierna y estirándola.

 

            “-Pero, hombre, me han engañado los médicos, ¿y el clavo que había aquí que yo no podía..?”

 

            “-Yo no sé lo que le han puesto, yo no.”

 

            Y yo le iba al decir al otro: “¿Crees ahora?” Y él estaba llorando, pero saliendo por la puerta. Y yo salí deprisa, y le dije, cogiéndole del brazo:

 

            “-¿Crees ahora?”

 

            Y dijo con la cabeza que sí, pero, ¡qué va!

 

            Pero esto es una cosa. ¿Y las personas que están en el extranjero, y no han visto la fotografía, solamente porque otra persona le ha dicho: “Aclámate y pídele a este hombre que me han dado a mí y dicen que es “esto” y “esto”?” Lo ha pedido y se le ha quitado (la enfermedad). Y ahí ya no hay aquellas personas que puedan decir: “¿será por la mente? ¿Será por la vista? ¿Será porque en las manos tiene tal y cual…?” No, porque yo no conocía a esa persona y ella a mí tampoco.

 

PERIODISTA: ¿Usted antes a qué se dedicaba? ¿Usted ha llevado una vida normal? ¿Era distinto o lo sabía desde que era pequeño?

 

MAESTRO: Si yo hubiera llevado una vida como vosotros, tal vez, no hubiera podido haber asimilado esto. Pero yo a los tres años quedé paralítico en la Ribera de Cubas, un pueblo… bueno, eso es una aldea de ahí que le dicen Jorquera, pertenece aquí a Albacete.

 

            Y a los tres años, como digo, pues quedé paralítico y empecé a andar los primeros pasos allá sobre los 17 años. Yo no podía comer, yo no podía… (esto lo sabe todo el pueblo), yo no podía ni moverme de la cama, porque yo estuve muchos años mirando hacia arriba, me tenían que dar de comer y cuando tenía que hacer algo…

 

            Pues, ningún médico lo sabía (la causa de la enfermedad). Unos me decían que era del corazón, otros que eran causas reumáticas… pero en realidad cada medicamento que me ponían nuevo yo iba a peor. Y esto no me avergüenzo de decirlo: mi madre, un día, delante del médico (yo de esto me acuerdo bien), cogió los medicamentos, los tiró y dijo: “si se muere ganaremos todos”. Y mi madre tenía siete hijos conmigo, yo soy el mayor. Y a los 17 años yo tuve ya una pequeña revelación diciéndome “que no me tocaran, que no me tomara nada, que me querían operar del corazón.”

 

            Y a partir de ahí, pues, (yo no sabía lo que era una revelación ni lo que era nada), me fui poniendo mejor, mejor, y luego, pues hará unos 7 años, más o menos, fue cuando la primera vez que yo tuve otra más grande diciéndome ya lo que tenía que hacer.

 

(LA PERIODISTA LE COMENTA SOBRE EL TRABAJO)

 

MAESTRO: Sí, sí, bueno, yo a partir de los 18 ó 20 años ya tuve que empezar a trabajar. Me costaba más que a otro, pero yo tenía que…

 

(LA PERIODISTA LE PREGUNTA ALGO QUE NO SE ENTIENDE EN EL AUDIO)

 

MAESTRO: Como yo muchas veces no podía hacer el trabajo, porque mis facultades físicas no eran como las de cualquier persona, pues estaba unas temporadas en un sitio y cuando me daban de baja, pues me buscaba otro sitio, me daban de baja… He estado bien a partir de… ahora hace unos 6 o 7 años. Entonces era cuando más me querían operar del corazón, porque hay un médico catedrático en el Hospital Mª del Mar de Barcelona (le dicen Emilio Navalón y el director que le dicen Dr. Bosch, es decir, dos de allí), ellos mismos vinieron a mi casa diciéndome que si no me operaba, nueve meses no duraba. Claro, que de esto que te digo yo, pues ya hace 7 u 8 años. Y yo, pues ahora es cuando estoy que no paro, porque te digo de verdad que no paro: arriba, abajo… Y no me canso, a mí no se me acelera el corazón, a mí no me duele nada, nada lo que se dice nada. Y ahora tengo 50.

 

(LA PERIODISTA LE PREGUNTA ALGO QUE NO SE ENTIENDE EN EL AUDIO, PROBABLEMENTE CÓMO COMENZÓ TODO)

 

MAESTRO: Pues me llamaron a una invitación a Valencia y allí había gente de Barcelona, pues esta familia tiene conocidos por varios sitios. Y estábamos allí hablando, allí sentados todos, y entonces, pues, me dio, se ve, como forma de un mareo. Y yo, pues menos mal que tenía un sofá allí, pero me quedé como muerto. Eso se ve que me duró bastante.

 

            Entonces yo, al ir despertando de aquello, vi que había gente. Estaban arrodillados y llorando, y a mí me extrañó muchísimo. Y yo digo: “a vosotros yo os conozco, pero, la verdad es que no sé quién sois”. Y aquellos, pues, llorando, llorando, y no me decían nada. Y al final me recuperé y digo: “bueno, ¿qué es lo que pasa?” y uno que le dicen Tete (uno de tantos, vaya), se atrevió a hablar y dice: “Pues, mira, estábamos aquí y hemos oído una voz como si viniera del cielo”.

 

(LA PERIODISTA LE INTERRUMPE Y LE COMENTA ALGO QUE NO SE ENTIENDE EN EL AUDIO)

 

 MAESTRO: Sí, una “suposición”… Me dijo Tete que “sería del cielo”, sino, ¿de dónde?.. Dice: “Y nos dijo así: ‘Hermanos míos, a todos os dejo mi bendición. Y a este hermano, que está ya recuperado, le he dejado mi bendición y mi espíritu. Dentro de muy poco tiempo empezará a hablar cosas y él mismo os dirá quién es’”.

            Y yo he sido una persona tímida, porque, claro, no he tenido ningún estudio, porque si yo he estado hasta los 17 años enfermo, mi padre con siete (hijos), era labrador, no podía ni darnos de comer, ¿cómo me iba a traer entonces un maestro a mí? Y yo no he ido nunca al colegio ni me han enseñado. Sé escribir y leer porque… yo no sé ni cómo ha sido, por la fuerza de mi voluntad o porque así ha debido ser. Pero yo empecé a hablar, pues, de cosas de Dios, de que tenía que encontrar un campo (en ese campo iba a haber tres arbolitos), luego tenía que alquilar una casa para poder estar en El Rebollar. (…) Y yo no había estado nunca en El Rebollar ni sabía nada de nada. Solamente que, bueno, seguí hablándoles de Dios, de las curaciones que se iban a hacer, que había venido para salvar al mundo, para evangelizar. Y todos pues, claro, se quedaban asombrados.

 

(LA PERIODISTA LE PREGUNTA ALGO QUE NO SE ENTIENDE EN EL AUDIO)

 

MAESTRO: Muchas personas van todos los días a la iglesia, pero, ¿de qué me sirve que vayan a la iglesia si luego, al salir, están diciendo, o haciendo cosas, que no deben? Entonces, ¿qué han aprendido en la iglesia?

 

PERIODISTA: Usted, ¿qué se preocupa más: del cuerpo o del espíritu?

 

MAESTRO: Hombre, yo del cuerpo no he venido absolutamente a nada. Porque yo si he curado, o curo, a algunas personas es por… como aquella madre que va a la tienda, o quiere ir a un sitio, y el hijo, pues no le hace caso. Entonces le dice: “vente conmigo y te compraré un caramelito.” Claro, ese niño se va a ir…

 

            Esto de la curación: viendo que se van a curar de cualquier enfermedad, pues ellos vienen. Pero les hago venir, no por curar su enfermedad, sino para tratar de purificar ese espíritu que tú acabas de decir.

 

PERIODISTA:¿Qué es lo más importante que usted predica?

 

MAESTRO: Amarnos unos a otros es lo principal.

 

(LA PERIODISTA LE PREGUNTA SOBRE LAS PROFECÍAS)

 

MAESTRO: Las profecías te digo que tanto la biblia, como todos los que dicen que son clarividentes, que son videntes, que son curanderos… Habrá personas que tengan un poquito de lo que están hablando, pero yo te digo: “vidente” lo que es “vidente”, y “profecía” lo que es “profecía”, hoy por hoy ni hay ningún profeta, ni hay ningún vidente. Porque si fuera uno vidente de verdad: ¿cómo no les dice a sus hermanos dónde han de ir y enseñarles ellos mismos el camino?

 

(LA PERIODISTA LE PREGUNTA ALGO QUE NO SE ENTIENDE EN EL AUDIO)

 

MAESTRO: …yo por lo menos no quiero que vivan mal, pero lo que sí quiero es que se den cuenta de la verdad, lo que les espera más allá de esta vida.

 

(LA PERIODISTA LE PREGUNTA QUÉ OPINA SOBRE LAS COSAS TRADICIONALES, LA IGLESIA, ETC.)

 

MAESTRO: Mira, yo te voy a decir que lo que está pasando en la iglesia no veo ninguna cosa, excepto una, todas las demás no las veo bien. Veo bien la Palabra, que van siempre con la Palabra de Dios, pero no veo bien que se predique una cosa y luego no crean en Dios.

            (…) Si esa persona ha venido a enseñar una enseñanza de Dios, ¿por qué se mete y sirve también a otros señores: a la política? ¿Por qué están con la droga? ¿Por qué están con tantas y tantas cosas? Yo creo que ni tú ni nadie puede servir a dos, o a tres, o a cuatro personas al mismo tiempo. Si una te dice “ven para aquí”, y la otra te dice “ven conmigo”, tú si podrás ir para una parte pero no…

 

(LA PERIODISTA INTERRUMPE AL MAESTRO COMENTANDO ALGO QUE NO SE ENTIENDE EN EL AUDIO)

 

MAESTRO: Bueno, pero espérate un poco. Yo te he dicho… tú me has preguntado sobre la religión, yo te he dicho que la Palabra de Dios me parece muy bien. Lo que no me parece bien es que no crean en Dios, porque si creyeran: ¿cómo no hacen lo que Cristo dijo que hicieran?

 

PERIODISTA: Pero concretamente, el mensaje que vino Cristo a traer, ¿la iglesia cómo lo (…)?

 

MAESTRO: El mensaje… No han cogido nada de lo que dicen. Porque si no, yo te digo, ¿por qué se hacen enseguida con tantas riquezas y no hay ninguna ni ninguno que haya siquiera levantado un dedo para ayudar a sus hermanos que tan necesitados están? ¿Qué es lo que esperan ellos con tanta riqueza? ¿Por qué tienen que enterrarla y que se pudra ahí debajo tierra, o debajo de una casa, o de un templo, cuando saben que sus hermanos se están muriendo de hambre? ¿No es eso vergonzoso? ¿Qué ejemplo dan de Dios en este caso?

 

(LA PERIODISTA LE COMENTA VARIAS COSAS: SOBRE LA PARAFERNALIA DE LA IGLESIA, SOBRE LA MISA DE LOS DOMINGOS, ETC.)

 

MAESTRO: ¿Y qué es lo que ocurre (sin darte yo una respuesta)? Que cada día tiene menos la iglesia y que cada día tendrá menos. Porque no ven. Cuando hacen un sermón, siempre es el mismo. La juventud busca más, ya está harta de la iglesia.

 

PERIODISTA: Pero Jesucristo en su mensaje, ¿eso lo dejó reflejado o no? ¿O eso ha sido todo…?

 

MAESTRO: No, no. Jesús dijo que nunca (y yo lo digo ahora), que nunca tuvo iglesia, ni la tiene ni la tendrá nunca. Jamás. Porque si Dios os puso a vosotros, a todos, los corazones por templo: es ahí donde hay que orar y adorarle, y es ahí donde hay que pedir, y así te escuchará.

            Una iglesia no es más que una casa. Pero Dios nunca tuvo iglesia. Vuestros corazones… ¡vuestros corazones son el templo que Él os dio! Y si pidierais ahí encontraríais una respuesta, pero en la iglesia no.

            (…) No me interesa la iglesia porque nadie ha aprendido nada. Si hubieran aprendido algo, algo, durante dos mil años, la humanidad no estaría como está.

 

(OTRO PERIODISTA LE COMENTA VARIAS COSAS QUE NO SE ENTIENDEN EN EL AUDIO)

 

MAESTRO: Si se hiciera como tú dices, sí. Pero, claro, yo vuelvo a decir: ¿qué hay dentro de las religiones de amor? ¿Qué amor es el que tienen cuando unos no nos ayudamos a los otros? Se critican entre ellas mismas, no llegan a un acuerdo. Y todas “a ver las que pueden coger más”. Es que las religiones quieren ser religiones, pero de religiones para mí sólo tienen el nombre. La verdad es que si supieran la Verdad no obrarían así.

 

PERIODISTA:Y luego, ¿usted cree en la reencarnación?

 

MAESTRO: Total.

 

PERIODISTA:¿La relacionaría con la teoría de la iglesia: el cielo, infierno..?

 

MAESTRO: Mira, es que yo no sé por qué dicen que el infierno y todo esto.

 

PERIODISTA:¿El infierno qué es, un montaje de la iglesia o de quién?

 

MAESTRO: Pues claro, porque mira, ¿qué infierno va a haber?

            Dios no nos ha enseñado a matar. Entonces nosotros empezamos a matar por mal, por odios, por robos… Ha nacido de nosotros.

            Yo te hago una pregunta a ti y te vale al mismo tiempo de respuesta: si tú tienes cuatro hijos, y tres de ellos son buenos, y uno te sale “malo”. (Malo en la cuestión de que no es igual que los otros: que no viene hasta tal hora, que no va a trabajar, que, incluso, ha robado alguna cosa…) Tú a ese hijo, ¿lo colgarías para siempre ya, o lo matarías?

 

(LA PERIODISTA LE RESPONDE QUE NO)

 

MAESTRO: Pues piensa tu qué poquito conocéis a Dios si pensáis que Él os va a mandar al infierno.

 

PERIODISTA:Luego la reencarnación la iglesia la aceptó al principio y luego la rechazó.

 

MAESTRO: Yo te voy a decir una cosa: si fuera la resurrección como muchos dicen, tú date cuenta que habría mucho más odio que ahora porque si en una época unos nos hemos robado, o nos hemos matado, y luego volviéramos a vernos otra vez con el mismo cuerpo, diríamos: “oye, ahora te voy a arreglar las cuentas”.

            Por otro lado, si desde que la guerra… o sea, desde el principio (tanto en guerras, como en otras cosas, como muertos por naturaleza), si en verdad estos seres… resucitaran: ¿dónde crees que habría hospitales, ni trabajo, ni carreteras, ni iban a dónde..? ¿Qué íbamos a hacer?: ¿poner, por ejemplo, una cama encima de otra en las calles para poder dormir, o qué? No sé cómo esto no se ha comprendido desde hace tanto tiempo. ¿Dónde íbamos a estar?

            Ahora, la reencarnación, pues, es la verdad porque yo te voy a decir, ahora mismo. Hay quien (tú eso lo sabes ya), quien dice que, bueno, que todos venimos del mono. Si viniéramos del mono ya no sería Dios quien… no habría Dios, sería el mono en ese caso. No sé, la gente compara a Dios con un mono. Si viniéramos del animal pues el animal hablaría antes que nosotros y, sin embargo, pues el animal… habrás oído tantas cosas que dirás “qué será la verdad y qué no será”.

            Pero yo te puedo decir que el animal no tiene espíritu. El animal tiene una vida más o menos larga, pero si el animal tuviera espíritu pues hoy verías que, tanto uno como otro, estaría evaluando y ya sería, pues, capaz de hacer muchísimas cosas, como el hombre o más. Pero el animal ha venido para manutención del hombre, para el sustento, de una u otra forma.

            El hombre, sin embargo (que es a lo que vamos en la reencarnación), ¿por qué evalúa? Porque si has estado aquí ahora mismo (estás en esta vida), y luego vienes otra más, pues ese espíritu (el cuerpo, no), pero ese espíritu tiene ya un sentido de lo que fue antes, aunque no lo recuerdes, pero está más capacitado porque ya lo que hizo antes ahora para él lo hace con más facilidad y no le cuesta trabajo. Para otra (vida), pues, irá evaluando más. Y así es como va desarrollándose.

            Porque el mundo se ha desarrollado mucho, pero se ha desarrollado en cosas no espirituales, sino en estas cosas de decir: “yo voy a ser más que aquel, y voy a vivir mejor, porque voy a ganar más y yo voy a estar mejor”. Entonces ahí se ha desarrollado mucho, pero espiritualmente, pues no porque no se haya desarrollado sino porque los que tenían que haber llevado esto a su fin, pues no lo han sabido llevar, ni lo saben llevar.

 

PERIODISTA:¿Reencarnarse para qué, para que el espíritu llegue a la perfección?

 

MAESTRO: Todos tenemos que llegar a la perfección.

 

PERIODISTA:¿Para pasar como una etapa..?

 

MAESTRO: No. Porque si hubiera una etapa… no. Si no evalúa el espíritu siempre estaremos aquí. Siempre estarás, una vez reencarnarás, volverás a la vida en otro cuerpo. Y ahora estás en España, tú misma, y dices: “ah, pues me gusta mi trabajo, yo estoy bien”. Pero, y si a la próxima vez, ahora que no te ha servido de nada con todos tus estudios… Sí te has evaluado, tienes un sitio muy bueno para estar económicamente bien, pero si espiritualmente tú no has tenido amor para nadie, y no te has hecho un desarrollo en esta vida, lo lógico es que cuando vuelvas nuevamente ya no vendrás a hacer igual que estás haciendo. En vez de aquí puedes ir a África otra vez, y entonces, empezar otra vez de nuevo. Lo que hay que hacer, ya te he dicho hace un momento: sólo por amor va a ser salvo el hombre.

 

PERIODISTA:¿Cuántos mundos hay?

 

MAESTRO: Los mundos… hay bastantes, pero eso es una cosa que hoy no quiero decir, porque la gente con esto… no va a comprender. Porque si no comprendemos lo de donde estamos viviendo, ¿cómo queréis que yo os diga otros mundos? Pero te puedo decir que son más de cuatro, y más de seis, y más de ocho. Pero no te digo los que hay.

 

(LA PERIODISTA LE PREGUNTA SOBRE LA TERCERA VENIDA DE JESUCRISTO)

 

MAESTRO: Profetizar, profetizan mucho, porque todos han dicho que en el 2000 era el fin del mundo. Y yo digo, si el Padre hace eso ya no es Dios, porque entonces, ¿tú crearías a tus hijos para matarlos..?

            Y ahora me dices de la “tercera”: ni lo sabe el profeta ni lo sé yo. Ni lo sé yo porque solamente, la otra parte, Nuestro Padre, está en posesión… Es el que lo sabe. A nosotros no nos lo ha revelado.

 

(LA PERIODISTA LE PREGUNTA ALGO QUE NO SE ENTIENDE EN EL AUDIO)

 

MAESTRO: Nadie viene a este mundo a cumplir una misión sin haber venido antes, aunque fuera, a pasar por otra vida.

            Nuestro Padre, Dios, fue el primero en ponerse a trabajar, antes que sus hijos. El primero que pasó por enfermedades para que luego sus hijos, sus hermanos, no le pudieran decir nunca que Él no ha pasado por ahí. Por lo tanto, Él es el primero de todo y en todo.

 

(LA PERIODISTA LE COMENTA ALGO QUE NO SE ENTIENDE EN EL AUDIO)

 

MAESTRO: Mira, Dios es amor, y Él no tiene en cuenta nada. Él sabe que, al final, pues un día, todos vamos a llegar a donde tenemos que llegar: unos iremos antes, otros iremos después. Pero Él está tranquilo a sabiendas que ninguno de sus hijos se va a perder.

            Te puedes perder y, en vez de llegar a los tres años (por decirte algo), pues estaremos diez. Pero, aunque sean con los diez, al final, todos llegaremos. Para Él el tiempo no corre.

 

(LA PERIODISTA LE PREGUNTA SOBRE QUÉ COMENTABA LA GENTE AL PRINCIPIO, AL SABER DE SU MISIÓN)

 

MAESTRO: Pues de todo hay. Pues, al principio… nadie se creía nada. Y de hecho que lo decían: “Pues este cómo va a ser, si a este lo conozco yo.” “Pues si, mira, éste dice que hace milagros.” “Es un falso milagrero.” “Mira que Satanás también cura y de esto no nos podemos fiar, porque quién sabe, si tal y cual…” Y, bueno, y todas esas cosas.

            Hoy en día creo que muy poca gente puede decírmelo ya. Porque ahora a donde voy, lo que pasa, es que todos quieren abrir la puerta. Y de hecho te voy a decir que donde voy te dejan una casa: donde yo me siento, o donde yo duermo… esas sábanas, pues, tal vez, las hayan hecho un montón de trozos para llevárselos y repartírselos entre las personas, porque ellos mismos han dicho que cuando han tenido un dolor han tocado esa sábana, se han sentado en esa silla o sillón, y la enfermedad les ha desaparecido enseguida. Eso es cierto y, además, todos lo que están… pues, claro, ellos son discípulos y podrán pensar: “¿ellos qué van a decir?” Pero de hecho te puedo decir los sitios donde hemos ido y puedes comprobarlo.

 

(LA PERIODISTA LE PREGUNTA SOBRE SU MISIÓN)

 

MAESTRO: Mi misión es traer este mensaje, como te he dicho, de amor, del arrepentimiento para poderles perdonar, y, a partir de ahí, siempre se les enseña (igual que os lo digo ahora a vosotros), que cuando vayáis a hacerles una cosa a cualquiera de vuestros hermanos, pensad antes si lo que vais a hacer os gustaría que aquél os lo hiciera a vosotros.

 

PERIODISTA: (…) sí, si lo tengo aquí. Era eso, o sea, para poner un poco… para encuadrarlo en el reportaje… ¿Se llama Leandro, qué más?

 

MAESTRO: No, Leonardo.

 

PERIODISTA: ¿Ah, Leonardo?

 

MAESTRO: La verdad es que yo he seguido este nombre porque mis padres me lo pusieron. Pero cuando yo estuve cuarenta días y cuarenta noches en otros mundos (te digo en otros mundos “hacia arriba”), yo les dije… con anterioridad, que yo me iba a ir, que yo me iba a poner en mi casa, en el comedor, y el que quisiera podía estar en las puertas de mi casa.

            Y, entonces, yo me iba a ir como estoy (como se dice que en materia no se puede subir hacia arriba). Y que en un cuarto de hora después, se pusieran en las puertas. Nadie me iba a ver salir, y que por esos cuarenta días no me vería nadie, y, a partir de un cuarto de hora, tampoco.               

            Eso así se hizo. Y también dije que una semana antes, un domingo antes de venir yo (regresar), me verían bajar en las nubes. Y de esto ahí tenemos cintas grabadas con todas las personas gritando, llorando, arrodilladas… y yo iba en las nubes. Pero bajas, bajas, bajas. Me estuve paseando por el campo, pues, un montón de veces. Entonces ya sabían que yo había cumplido y que iba a venir, pues, dentro de ocho días. Y esto (lo digo), está en las cintas, eh, pero que allí hay miles de testimonios. Todos, la mayoría, todos estaban llorando, con las manos hacia arriba, y gritando, como diciendo: “aquí, aquí, aquí, ¡baja aquí, baja aquí!”. Esto no es lo que lo diga yo.

 

(LA PERIODISTA LE COMENTA ALGO QUE NO SE ENTIENDE EN EL AUDIO)

 

MAESTRO: Propaganda no, porque cuando una persona va a hacerlo todo gratuitamente, bueno, a cambio de nada… Pues no se coge voluntad ni nada, solo que si vas a una casa y te dicen: “quédate a comer”, sí lo hacemos. Y si te dicen: “quédate que aquí puedes dormir”, eso sí que lo hacemos tanto los apóstoles como yo.

 

PERIODISTA:¿Usted a qué se dedicaba? Me ha dicho que trabajaba en lo que le salía.

 

MAESTRO: Yo trabajaba antes, un poco, de peón de albañil. Otro poco estuve trabajando en una serrería…

 

PERIODISTA:Y luego… ¿está casado?

 

MAESTRO: Sí.

 

PERIODISTA:¿Tiene hijos?

 

MAESTRO: Una hija y un hijo. Pero esto (sobre la misión)… yo no sabía nada de todo esto.

 

(LA PERIODISTA LE SIGUE PREGUNTANDO SOBRE SU MUJER, SOBRE EL CAMPO DE “EL REBOLLAR” Y FIN DE LA ENTREVISTA).

 

Nota: algunas preguntas y algunas respuestas no se escuchan bien en la grabación original dado a la escasa calidad del audio, por eso, al no poder transcribir la pregunta literalmente, hemos puesto entre paréntesis la idea de lo que la periodista comentaba o preguntaba.